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La fatiga en el deporte es lo más habitual que
existe en el día a día de un deportista, Quienes apenas comienza casi siempre
se enfocan en como generar un estrés en el cuerpo (fatiga), como entrenar de
mejor manera, dejando de lado lo que genera ese estrés; la fatiga y
todo lo que sucede con ella.
En muchos casos no se le da a la fatiga causada
por la actividad física la debida atención, dejando de lado la recuperación, con
la creencia de que entre mayor entrenamiento mejores resultados, derivando
con posterioridad en un sobre entrenamiento; tema que trataremos en otra
publicación.
En esta ocasión solo tocaremos el tema de la fatiga y lo necesario para que te des una idea de la importancia de la recuperación, junto con todas las generalidades que podemos encontrar respeto al tema.
La fatiga
Para empezar la fatiga en el deporte es un fenómeno
necesario e indispensable cuando hablamos de entrenamiento y rendimiento,
incluso se puede considerar como un mecanismo de protección para el organismo y
no generar algún daño. Podemos encontrar varias definiciones de fatiga.
Desde un punto de vista algo general la
podemos ver como “un estado particular, psíquico y fisiológico, como
resultado de una carga. Se refleja en una descoordinación de las funciones del
organismo y en una disminución temporal del rendimiento”
Siendo un poco específicos en relación a la
actividad física, la podemos entender como la “incapacidad de mantener
una producción de potencia o fuerza durante unas contracciones musculares y
normalmente específicas de cada tipo de actividad física”.
Siendo un
poco más específicos llegando a nivel fisiológico se considera “como el
resultado de un simple desequilibrio ente requisitos de Adenosín trifosfato
(ATP) en un musculo y su capacidad para generar ATP”.
Al final de cuenta la fatiga se utiliza para
hacer referencia a una disminución del rendimiento físico ante una
actividad en específico.
Las causas de la fatiga en general son aún muy
complejas y discutidas, por lo que aún no hay un consenso generalizado en entre
los científicos sobre un origen en específico, de lo que si están de acuerdo es
que tanto el tipo de ejercicio, duración, tipo de fibras trabajadas y
el ambiente, juegan un papel importante; sin dejar de lado el estado
nutricional.
Fases de la fatiga en el deporte
La fatiga en el deporte es un proceso que no ocurre
de repente, es un estado que se va presentando de forma gradual, habiendo
quienes consideran a la fatiga como un estado en dos diferentes fases.
La primera fase un estado de fatigas complejas: donde se presenta un agotamiento local de los depósitos de energía en
los músculos que se encuentran trabajando, por lo que este tipo de fatiga se
recupera de manera rápida posteriormente de haber terminado la actividad
física.
La segunda fase es una fatiga compleja que deriva
en un sobreentrenamiento, siendo esta no recuperable a corto plazo.
¿Cómo se presenta la fatiga o el cansancio?
La fatiga se puede presentar de diferentes
maneras, desde un punto de vista visible al ojo y fáciles de detectar,
se presenta cuando hay una disminución de entre un 7% a un 10% del rendimiento
y secuencias motrices descoordinadas. Yendo un poco más a fondo a
nivel fisiológico, comienza a existir una disminución de la capacidad de
síntesis de lactato y los valores de urea en la sangre comienza a elevarse (La
Urea sanguínea se emplea para estimar la fatiga metabólica, sirve como
indicador del metabolismo de las proteínas y aumenta después de ejercicios de
resistencia de larga duración o con cargas de fuerza de alta intensidad).
Diferentes fatigas
Todo lo anterior es una forma generalizada de cómo
se presenta la fatiga, porque la fatiga nunca va a ser igual de un tipo de actividad
a otro. Por ejemplo, la fatiga resultante de un
ejercicio de alta intensidad de unos 60 segundos de duración nunca va a ser
igual a una fatiga que se presenta en una prueba de resistencia con duración de
2 a 4 horas.
Por un lado, en la prueba de 60 segundos la fatiga
puede ser por la acumulación de lactato, iones de hidrogeno, adenosín difosfato
(ADP), fosfato inorgánico y radicales libres de las fibras musculares activas,
mientras que para la resistencia de larga duración además de que también se puede
deber a la acumulación de los radicales libres, se agregan otros factores como
la homeostasis electrolítica del músculo y el agotamiento del glucógeno
muscular.
También siempre se habla de dos tipos de fatiga,
fatiga central y fatiga periférica, que hoy en día se encuentran estos términos
muy aceptados y difundidos, pero en su momento la teoría de la fatiga central
tenía pruebas a favor y en contra. Se consideraba que para que el
sistema nervioso central (SNC) estuviera implicado en la fatiga tenía que haber
una de estas condiciones 1) haber una reducción en el número de unidades
motoras que participaran en la actividad o 2) en la frecuencia de activación de
las unidades motoras.
Fatiga del SNC
Una de estas investigaciones que ponía en duda la
teoria de la fatiga central, postulaba que después de que ocurriera la fatiga
del SNC la estimulación eléctrica podría restituir la tensión, lo cual
no corrió en dicha investigación, con ello sugirieron que el SNC no limitaba el
rendimiento.
Sin embargo, Muchas más investigaciones dieron
pruebas del que el SNC si influía en el rendimiento 2 estudios de Asmussen y
Mazin daban prueba de ello, por un lado, quienes realizaban algún ejercicio
aritmético entre las pausas de ejercicios de fuerza muscular podían generar más
tención que quienes no hacían nada, pero no solo eso, también podían mantener
la duración del trabajo por mayor tiempo. Se dieron cuenta también que
cuando una persona realzaba contracciones musculares hasta el punto de fatiga
con los ojos cerrados, simplemente al abrir los ojos se restauraba un poco la
tensión que se podía generar.
Podemos ver la participación del SNC en la
actividad física y su relación con la fatiga cuando una persona se encuentra
cansada físicamente y ante gritos o estímulos verbales o incluso una música
adecuada puede incrementar de nuevo un poco el rendimiento o la fuerza
muscular, llevándolo a un estado donde puede tolerar más dolor.
En este sentido se piensa que tanto la serotonina y
la dopamina juegan un papel importante en la fatiga central; junto con los
valores de noradrenalina en el encéfalo. El SNC se encuentra
estrechamente relacionado con la actividad física, tanto así que siempre
debe existir una preparación, la activación de unidades motoras y la
retroalimentación continua de diversos receptores que perciben la tensión, la
temperatura, los gases en sangre, la presión arterial y otras variables. El
encéfalo integra estas señales y genera órdenes. Siguiendo esta línea podríamos
decir que el ejercicio empieza y terminan en le encéfalo.
Fatiga periférica
Ahora que sabemos un poco de la fatiga central
podemos hablar de la fatiga periférica, que en pocas palabras se traduce en la
disminución de la fuerza por los puentes cruzados en el músculo, esta reducción
de la fuerza muscular puede deberse a diferentes factores dependiendo de la
actividad que se esté realizando como ya habíamos mencionado antes.
Entre los factores se encuentran la tasa de producción
de energía como el ATP fosfato de creatina o Creatinfosfato (PCr), glucolisis u
oxidación; la acumulación de subproductos metabólicos, finalizando con
la falla de los mecanismos contráctiles.
Comencemos con la tasa de producción de energía,
cuando existen contracciones musculares máximas, la fatiga coincide con el
agotamiento de PCr. A pesar de que el ATP es directamente responsable de la
energía utilizada durante tales actividades, durante un esfuerzo
muscular su depleción es menos marcada que la de PCr debido a que el ATP está
siendo producido por otras vías.
El uso del glucógeno muscular también está
controlado por la intensidad de la actividad que se está realizando, por lo que
una intensidad que va en aumento utilizara gran cantidad de glucógeno: por
ejemplo, en un sprint el glucógeno muscular se puede utilizar de 35 a
40 veces más rápido que al caminar. Al igual que con el PCr, los
atletas que realizan actividad física de duración prolongada presentan una
fatiga severa cuando sus reservas de glucógeno se encuentran muy disminuidas.
Los corredores de maratón suelen presentar este agotamiento de glucógeno
alrededor de los kilómetros 29 a 35km.
Estas depleciones de glucógeno va ocurriendo de
forma localizada en los músculos que se encuentren trabajando y sean más
exigidos, por ejemplo, si una persona corre cuenta arriba, cuesta abajo, el
gastrocnemio utiliza más glucógeno que el vasto lateral o sóleo; además
dependiendo de la intensidad va a afectar a un tipo de fibras musculares,
las fibras de tipo I son las primeras en ser reclutadas y a medida que comienza
a incrementarse la intensidad del ejercicio comienzan a participar en
mayor medida las tipo IIa o IIx.
Factores desencadenantes de la fatiga
Hasta el momento solo se ha tocado el tema del
glucógeno muscular, pero por si solo no puede aportar energía suficiente para
varias horas de actividad física, por lo que el uso de la glucosa sanguínea es
de suma importancia para sostener el ritmo de captación de glucosa a nivel
muscular. El hígado también contribuye degradando progresivamente más
glucógeno (que almacena y se le llama glucógeno hepático) a medida que
se incrementa la duración del ejercicio.
Las reservas de glucógeno hepático son limitadas por
lo que si la actividad es duradera e intensa el hígado no podrá contribuir para
cubrir las necesidades del organismo, en consecuencia, los niveles de glucosa
sanguínea pueden disminuir cuando la captación por parte del musculo excede la
producción de glucosa hepática. Al ser incapaces de obtener suficiente
glucosa de la sangre, los músculos deben recurrir a sus reservas de glucógeno,
lo cual acelera la depleción de glucógeno muscular y conduce a un agotamiento
físico. Esta depleción de glucógeno hepático e hipoglucemia
limita el rendimiento en las actividades que duran de 60 a 90 minutos.
Si comenzamos a ir un poco más a fondo; el uso de
estas vías metabólicas genera desechos en nuestro organismo, estos desechos son
factores que contribuyen a la fatiga. Un ejemplo es el fosfato inorgánico (Pi)
que se incrementa durante los ejercicios intensos de corta duración a medida
que comienza a degradarse PCr y el ATP. La temperatura, el ácido
láctico y los iones de hidrogeno también son productos de desecho y cada uno
contribuye en cierta medida a la fatiga.
Por un lado, el calor es el resultado de la energía
que se gasta, el aumento del calor en nuestro organismo puede aumentar la tasa
de uso de los carbohidratos y de este modo acelerar la depleción glucogénica.
Por otro lado, el ácido láctico es un producto de
desecho de la glucólisis anaeróbica y solo se produce durante esfuerzos
musculares intensos y de duración relativamente corta, se acumula dentro de las fibras muscules. Cuando no se libera el ácido
láctico se disocia, convirtiéndose en lactato, causando una acumulación de
iones de hidrogeno (H+) esta acumulación de H+ causa una acidificación muscular
que produce una condición que se denomina acidosis de las células, pero los
líquidos corporales poseen sustancias amortiguadoras, como el bicarbonato que
minimizan la influencia desestabilizadora de los H+. Sin estos amortiguadores
los H+ podrían disminuir el pH hasta 1.5 y matar las células.
Sistemas de amortiguación
Gracias a los sistemas amortiguadores las
concentraciones de H+ permanecen bajas durante la mayoría de los ejercicios
intensos, lo que impide que nuestro pH de su
valor de reposo 7.1 no baje a menos de 6.6 o 6.4 al momento del agotamiento
cuando se hayan producido una gran acumulación de H+. Pero un pH por debajo de
6.9 inhibe la acción de una enzima llamada Fosfofructoquinasa (enzima
glucolítica) lo que disminuye la tasa glucolítica y la producción de ATP, pero
al llegar a aun pH de 6.4 se detiene la degradación de glucógeno causando una disminución
muy rápida del ATP causando el agotamiento físico.
El pH muscular bajo es la principal limitante del
rendimiento y la causa más importante de la fatiga en esfuerzos máximos (con una duración superior a 20 – 30 segundos) y no es precisamente el
ácido láctico como se le suele atribuir, incluso hay quienes menciona que el
ácido láctico al disociarse en lactato, las células son protegidas en los
límites de la hiperacidificacion.
En general dentro de lo que es el deporte, un
atleta siempre está preparado para llevar un ritmo de ejercicio adecuado y
tolerar la fatiga.
Como te darás cuenta la fatiga es un estado complejo, con un gran número de factores y cambios que ocurren en el organismo, por lo que siempre es de suma importancia respetar tus tiempos de descanso, para no ir más allá de la fatiga normal por las sesiones de entrenamiento causado con el tiempo un sobreentrenamiento a largo plazo.
Referencias y bibliografía recomendada
- Dietrich, M., Klaus, C., & Klaus , L. (2016). Manual
de metodología del entrenamiento deportivo (1
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- Kenney, L., Wilmore, J., & Costill, D.
(2014). Físiología del Deporte y el Ejercicio (5
ed.). Médica Panamerica.
- Platonov,
V. N., & Bulatova, M. M. (2017). La preparación física (4
ed.). Badalona, España : Päidotribo.
- Tortora, G., & Derrickson, B. (2018). Principios de anatomía y Fisiología (15 ed.). Médica Panamericana.
- Verhoshansky, Y., & Siff, M. C. (s.f.). Super entrenamiento . Barcelona: Paidotribo.
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